Yo siempre compraba el paquete de cerveza en el camino de vuelta, y una mañana desbarré totalmente. Subí las escaleras (no había ascensor) y metí la llave. La puerta se abrió. Alguien había cambiado de sitio todos los muebles, habían puesto una alfombra nueva. No, los muebles también eran nuevos.
Había una mujer en el sofá. Tenía buena pinta. Buenas piernas. Rubia.
—Hola -dije-, ¿Te apetece una cerveza?
—¡Hola! -dijo ella-. Está bien, tomaré una.
—Me gusta cómo ha quedado el sitio -le dije-
—Lo hice yo misma.
—¿Pero por qué?
—Me apetecía -dijo ella.
Bebimos de nuestras cervezas.
—Estás muy bien -dije yo. Dejé mi bote de cerveza y le di un beso. Puse mi mano en una de sus rodillas. Era una bonita rodilla.
Tomé otro trago de cerveza.
—Sí -dije-, realmente me gusta el espacio del sitio. Con toda seguridad va a estimular mi espíritu.
—Me alegro. A mi marido también le gusta.
—¿Pero por qué a tu marido…? ¿Qué? ¿Tu marido? ¿Oye, cuál es el número de este apartamento?
—El 309.
—¿El 309? ¡Joder! ¡Me he equivocado de piso! Yo vivo en el 409. Mi llave abrió tu puerta.
—Siéntate, querido -dijo ella.
—No, no…
Cogí las 4 cervezas que quedaban.
—¿Por qué te vas? -preguntó ella.
—Algunos hombres están locos - dije, yéndome hacia la puerta.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que algunos hombres están enamorados de sus esposas.
Ella se rió:
—No te olvides de dónde estoy.
Charles Bukowski.
Del libro Cartero.
En su tumba tiene un epitafio “No lo intentes”, fue un escritor nato, trabajó sin descanso por su sueño de convertirse en escritor, no por dinero ni por reconocimiento, solo por el simple hecho de vivir por su pasión.
Van Gogh decía: “solo espero no estar trabajando solo para mí”
Ayer he sabido que el actor Jeff Goldblum (el actor de la mosca o Jurassic Park) ha sacado un álbum de jazz a sus 66 años. Es pianista desde niño y nunca ha dejado de tocar.
Historias que me inspiran para seguir, no te olvides de mí.
"Para evitar que tus birras terminen sin fuerza, sin espuma o con defectos, como por ejemplo, por la mala fermentación, hay que cambiar la perspectiva y comprender los fundamentos. Ejecutar con precisión los procesos (sin cometer fallos) es la clave para diseñar tu propia receta y que terminen como las has imaginado. Cometer errores es parte del aprendizaje, pero comprender por qué ocurrieron y cómo evitarlos la próxima vez es clave para mejorar."